viernes, 20 de septiembre de 2013

DISFRUTAR DE LOS MOMENTOS


No sé si alguna de vosotras os ocurre, pero yo tengo horas de insomnio cada noche. La naturaleza es muy lista y prepara al cuerpo para aguantar las noches con nuestros bebés, pero en mi caso no se ha aplicado en desacostumbrarlo. Desde mi primer embarazo me despertaba a las 3 ó 4 cada noche. Luego fui empalmando uno con otro...con lo que llevo 7 años  despertándome cada noche a esa hora aproximadamente sin ningún sueño...es un verdadera faena. Si le busco el lado positivo, durante este tiempo no sólo me agobio por problemas que a estas horas se me hacen todavía más complicados, sino que también  me da para pensar y para escribir este blog por ejemplo

Una de las cosas en las que he pensado mucho últimamente es en la felicidad. Y es que el otro día, en una película, una amiga le preguntaba a la protagonista si era feliz. Cuando me desperté esa madrugada, me dio por pensar en ello.
Sería muy injusta si dijera que no, sobre todo sabiendo que hay gente muriendo de hambre, sin trabajo, sin recursos, sin salud, sin familia...y yo tengo todo eso.  Llegué a la conclusión que  la felicidad es la suma de momentos. Cada día puede haber momentos de estrés, agobios o incluso enfados, pero casi siempre hay momentos de felicidad. Aunque sean escenas de segundos. Y son sensaciones que no se olvidan. En mi caso, son sobre todo los abrazos de mis hijos, cuando vienen corriendo diciendo mamáaaaaa y se tiran a mis brazos, cuando bailan, cuando se lo pasan pipa sin darse cuanta que los miro, cuando se abrazan entre ellos...muchos pequeños pero grandes momentos...hasta que mi hija le pega un mamporro a mi hijo...ahí acaba la paz. Pero ese momento de felicidad ha existido. Incluso una ducha después de un día duro o un chocolatito en el sofá con los pies en alto, echarte unas risas con tus amigas, ver una serie que te engancha, echarte una siesta después de una comilona, leer un buen libro, tomarte la pieza de bollería que tanto te gusta y que tienes prohibida...

un caprichito en uno de mis hornos favoritos mientras mando unos mails


Ayer, por ejemplo, estuve media horita por el casco viejo de mi ciudad (Valencia-España)y disfruté tanto... de la vidilla, de los monumentos, del sol, de los  músicos callejeros...
Pensé: "¡qué bonita es mi ciudad!", "¡qué suerte de poder pasear!" (sobre todo después de ver a una joven en silla de ruedas, "¡qué suerte de poder comerme este bocata de tortilla!" (después de ver a indigentes pidiendo para comer). Me senté en las escalerillas de la plaza de la Virgen viendo la catedral y la basílica, y con el sonido de fondo del agua de la fuente... Qué paz. Parar rematar:  un violinista delante de mí poniendo  banda sonora de la escena.
Viví ese momento como la felicidad absoluta.
La Real Basílica de la Virgen de los Desamparados
Puerta gótica de la Catedral de Valencia

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jueves, 12 de septiembre de 2013

Acabó lo bueno

Después de un tiempo sin escribir, volvemos a la carga. Gracias a todas las que nos reclamabais.
Ya acabó lo bueno. Espero que todas las mujeres perfectas  hayåis podido desconectar un poco este verano. A mí me costó, pero lo conseguí. Ha tenido que pasar mucho tiempo para poder irme sola con mi marido. Nunca lo habiamos hecho, ni un dia desde que habíamos sido padres. Aunque realmente ha sido un viaje de tres: su teléfono, él y yo. Mejor eso que nada. El trabajo ante todo.
Por fin pude leer un libro. Yuhuuuu. Finalmente descarté  "50 Sombras de Grey" y opté por una novela que me habia regalado una amiga. "El cineclub de Meryl Streep" de Mia March. Simplemente me encantó.
 
Durante seis días pude ir al baño sin que entrara alguno de mis hijos sin llamar. Por fin me pude tumbar en la toalla sin tener que vigilarlos o simplemente comer sin horarios. Aunque los echaba mucho de menos, cada vez que veía a familias con niños pensaba lo tranquilita que estaba yo. Además mi escapada era al paraíso absoluto: Menorca. Playas de ensueño, arena blanca,  comida deliciosa, tranquilidad... La única pega: era temporada alta, por lo que todo abarrotado y más caro. Menorca es una maravilla, pero cómo ha cambiado. Hacia 21 años que había ido y playas solitarias ahora estaban abarrotadas. Un vecino de  me decía que el anuncio de cerveza había hecho mucho daño...
Aún así lo pasamos bien. Pero como todo, tuvo un final y un par de kilitos más se volvieron conmigo de allí, aunque yo no los invité. Pero es que soy incapaz de ir a un bufete del desayuno y comer solo una tostada como mi marido. Yo empezaba bien.: una pieza de fruta, pan integral con queso blanco y tómate, y mi leche. Pero luego un crepe de Nocilla y unos churritos caían...cómo podía negarme, si me llamaban desconsolados... Ahora en septiembre comenzaré a portarme bien (primer objetivo del curso). Para una vez que tengo vacaciones verdaderas, no me las va a amargar nada ni nadie.
Ahora ya he vuelto a trabajar y los niños han empezado el cole. Y ya ha vuelto la sensación de que no llego. Que lo hago todo mal. Que no dedico el tiempo que se merece cada uno de mis hijos. Éste será mi segundo objetivo.
Para el colmo, y como fiel seguidora del lema de Escarlata O'hara de no hagas hoy lo que puedas hacer mañana, tengo en el sótano todavía maletas de ropa sin deshacer de mi año fuera de España...todas ellas con ropa de invierno que no se dónde meter...qué asco la vuelta de los viajes. Si son de un año duración mucho peor. Este año le pido al genio de la lámpara que además de paciencia me convierta en una persona ordenada (tercer objetivo) y que me enseñe a deshacerme de la cosas...el problema de tener tres hijos es que siempre pienso que cada juguete, prenda o trasto cualquiera lo usará el siguiente.  
Bueno, por ahora tres objetivos para el comienzo de curso no están nada mal.